¿EN QUÉ CONSISTE LA PREVENCIÓN?
La definición de Prevención de Riesgos Laborales la tenemos todos más o menos clara. De una forma aproximada, los mecanismos de prevención parten de la observación de los posibles peligros o situaciones perjudiciales para los trabajadores y la planificación de acciones para eliminar los riesgos o minorizarlos en caso de ser ineludibles.
En el caso específico del COVID-19, el concepto de prevención tiene como objetivo la detección precoz de los posibles casos que den lugar a la expansión de la epidemia, por lo general, en focos aislados.
A la hora de compartir espacios físicos, como ya es sabido por todos, debemos diseñar entornos los más seguros posibles, de manera que, a pesar de adoptar medidas particulares y personales, podamos asegurar las distancias que eviten la pronta propagación del virus.
¿QUÉ MEDIDAS SE DEBEN ADOPTAR?
El gobierno de España ha publicado una serie de recomendaciones que se deben adoptar para poder generar entornos seguros que impidan esa propagación. Además, las autoridades sanitarias han pedido que incrementemos los hábitos de higiene personal para impedir que el virus pueda transmitirse de manera indirecta.
Estos hábitos de salud personal consisten en la higiene de manos, cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo al toser o estornudar, evitar el contacto de las manos con ojos, raíz y boca…
Todas las medidas preventivas individuales que se adopten, deben de garantizar la protección nuestra, como la de las personas que nos rodean, siendo las medidas de protección individual las más eficaces a la hora de frenar el avance de la epidemia.
Otro de los factores que influyen a la hora de aplicar las medidas de prevención de riesgos frente al coronavirus es la formación e información de los trabajadores y usuarios de los entornos laborales, ya que, si no existe una formación, puede exponerse de una manera involuntaria a una situación de riesgo de contagio, así como la falta de información, puede derivar en un contagio masivo dentro del mismo centro de trabajo.
A la hora de formar, existen cursos que permiten tanto a empresarios como a trabajadores tomar decisiones útiles en su día a día, mejorando de esta manera la eficiencia de las medidas adoptadas, ahorrando tiempo y dinero en la lucha contra el virus.
Este tipo de formaciones, además de cumplir con los requerimientos del gobierno, permite mantener a los trabajadores de una empresa bajo unas condiciones de seguridad óptimas y evitándose de esta forma bajas de nuestros recursos humanos, que son el valor más importante dentro de la organización.
A la hora de informar, además del curso formativo sobre prevención de riesgos, es muy importante ofrecer recordatorios en las diferentes estancias en función del nivel de prevención que se deba adoptar. Por ejemplo, la utilización de cartelería, o recordatorios mediante megafonía de la aplicación de las medidas que hemos previsto en nuestro plan de prevención, permite que se tome conciencia de la adopción de dichas medidas.
Cuando hablamos de medidas preventivas frente al COVID, parece que con el distanciamiento social y con barreras como las mascarillas, ya lo tenemos todo cubierto. Muchos epidemiólogos han afirmado que no se tiene constancia cierta de que las superficies transmitan el virus de una forma eficaz. A su vez, tampoco han podido demostrar que no suceda esto.
Por este motivo, mantener una buena higiene en el lugar de trabajo va a permitir que se pueda desarrollar la actividad laboral de una manera fluida y normalizada. Promover la limpieza de los espacios y los utensilios de trabajo de forma habitual, miniminiza de forma significativa los riesgos que podamos correr.
Uno de los lugares que más riesgo ofrecen son los pomos de puertas, botoneras de ascensor, barandillas, etc… por lo que los trabajos de higienización deben ser más intensos o frecuentes en estas zonas.
En todo caso, a la hora de diseñar nuestro plan de prevención frente al coronavirus, debemos dar preferencia tanto a la protección del trabajador como de nuestros clientes.
¿QUÉ NIVELES DE EXPOSICIÓN AL COVID-19 PODEMOS ENCONTRARNOS?
Dependiendo de la actividad de nuestro negocio, vamos a poder observar diferentes niveles, tanto de exposición como de riesgo, los cuales vamos a tener que contemplar a la hora de diseñar nuestro proyecto preventivo de empresa.
En primer lugar, vamos a tratar el concepto de riesgo. Este aparece cuando pueda existir alguna situación que permita el contacto estrecho de manera que favorezca un posible contagio entre compañeros de trabajo o con el cliente.
Podríamos determinar situaciones de riesgo cuando no se cumplen las medidas de distanciamiento por requerimiento de la actividad, o cuando se tiene que compartir utillaje, por ejemplo.
Por supuesto, ha quedado demostrado que existen muchos tipos de personas que aun estando infectados no presentan síntomas (los llamados asintomáticos), por lo que, en favor de la prevención, deberemos considerar siempre la posibilidad de que la otra persona o nosotros mismos podemos ser portadores del virus y desconocerlo.
A la hora de hablar de la Exposición, debemos tener en cuenta tanto el tiempo como el entorno. No es lo mismo trabajar en un entorno cerrado y poco ventilado, que, en un espacio con unas condiciones opuestas, dado que en el primer caso vamos a estar expuestos de una forma más intensa, aumentando la probabilidad de contagio.
Esta exposición también tiene que ver con el tiempo que pasamos expuestos a situaciones de posible contagio. A mayor tiempo de exposición es más sencillo contagiarse, por la carga vírica que vamos a recibir.
No obstante, las medidas de prevención, tanto individuales como colectivas, nos va a permitir reducir el tiempo de la exposición, así como los riesgos en aquellas situaciones laborales.
Los niveles de Exposición que las autoridades sanitarias han establecido son la Exposición de Riesgo, la Exposición de bajo Riesgo, y la Baja probabilidad de exposición.
En el informe que ha presentado el Gobierno de España, se presenta una tabla con las recomendaciones particulares en cada uno de estos escenarios, en relación al riesgo de exposición en el entorno laboral.
La exposición de riesgo, además del personal sanitario, se considera cuando no se puede evitar el contacto en el entorno laboral con independencia de que sea o no sospechoso de haber contraído el COVID-19. Así mismo, en cuanto a la exposición de bajo riesgo, son aquellas situaciones que, en cuanto al tiempo y contacto, se ve reducido. Sobre la baja probabilidad de exposición, se encuentran los grupos más comunes, como aquellos trabajadores que no tienen atención directa al público, o en el desempeño de sus funciones, se puede mantener el distanciamiento mínimo de 2 metros, o medidas colectivas que reduzcan el contacto.
Así mismo, en función de la evaluación que se ha realizado, se deberán disponer los EPIs de protección biológica pertinentes que aseguren la protección de los trabajadores en todo instante. La recomendación general, es el uso de las medidas higiénicas que permitas minimizar los riesgos de contagio.
¿CÓMO CUMPLO CON LOS REQUISITOS PARA MI EMPRESA?
Como ya hemos mencionado, el equipo que conforma una empresa es el valor más importante, por lo que asegurar su integridad debe ser la prioridad en todo momento. Así mismo, ofrecer un entorno seguro para el cliente, otorga una imagen de empresa comprometida con un servicio de calidad.
A la hora de formar e informar a los trabajadores sobre los protocolos que se deben cumplir, incluido en nuestro plan de prevención, existen cursos que contemplan todas las situaciones posibles dentro de nuestro entorno laboral, así como los conceptos y mecanismos de actuación.
A la hora de elegir uno de los cursos de prevención de riesgos laborales, además de los contenidos del curso, hemos de fijarnos que cuente con la certificación pertinente, ya que puede ser requerida por la Autoridad Laboral en caso de inspección.
Todos somos responsables de prevenir el contagio, y solo mediante el compromiso personal se puede frenar la pandemia.